Lea la reseña del Club del Disco sobre NapoliTana: http://www.clubdeldisco.com/resena/604_paula-frondizi_napolitana

Para comprar:



En Buenos Aires: RGS (Av. Corrientes 5233 Local 2)





Una obra lo más bella posible es lo que me propuse hacer con este querido disco que acaba de salir. Una obra que nunca imaginé fuera a llevarme tanto tiempo…fueron casi tres años de trabajo. Una prueba de perseverancia, de superación de los obstáculos que se me presentaron, volviendo una y otra vez a la acción, intentando conseguir lo que pretendía y anhelaba.

Mi compañero de viaje, el pianista y arreglador Marcelo A. Rodriguez, comenzó con los arreglos de los temas. Yo quería un acompañamiento de instrumentos exclusivamente acústicos y étnicos y encontramos en varios amigos nuestros, grandes músicos con una vasta experiencia, algunos de los cuales son de origen italiano, a los ejecutantes perfectos para nuestras canciones.

La foto de la contratapa del disco la sacamos en un viaje que hicimos a Nápoles en septiembre de 2012, el cual significó un hito importante en nuestro camino. En la majestuosa Galleria Umberto I° nos encontramos con el gran cantante napolitano Mario Maglione, discípulo y heredero del gran Roberto Murolo. Le hicimos escuchar nuestros arreglos para el disco… ¡y nos dio el visto bueno! En efecto, Marcelo encaró su trabajo con un gran respeto por la tradición musical napolitana, buscando su expresión más elegante. (Tuvimos, además, la gran alegría de organizar el pasado mes de noviembre la primera visita de Mario a la Argentina. Sus conciertos aquí tuvieron un gran éxito).

Nuestro disco es una producción independiente. Como dije antes, es el resultado de un proceso lento y minucioso en el que hemos querido cuidar todos los aspectos de la producción: la grabación del piano la hicimos en Estudios Ion, la masterización con el gran Andrés Mayo, el bellísimo diseño del arte estuvo a cargo de Ana Piaggio con las fotografías realizadas en el prestigioso estudio Heinrich-Sanguinetti.

Somos conscientes de contribuir con nuestra obra –desde nuestra lejana tierra– a la continuación de una tradición musical de la que en la misma Nápoles quedan pocos intérpretes – Mario Maglione entre ellos– y por esa razón nuestro disco asume también un significado especial… ¡esperamos que sea de su agrado y que lo disfrute!

Paula



Paula con Mario Maglione en Nápoles (2012)





El napolitano es una lengua de una gran musicalidad. Por ello es tan hermoso cantarlo. Sin embargo, esa musicalidad inevitablemente se pierde con la traducción al castellano. Los invito aquí a conocer algo más sobre las canciones y a seguir las letras y sus traducciones.



‘A VUCCHELLA
(La boquita)
D’Annunzio/Tosti, 1904





El poeta Gabriele D’Annunzio no era napolitano (era de Pescara, Abruzzo), pero pasaba muchas temporadas en la ciudad de Nápoles donde tenía muchos amigos, entre ellos el autor de canciones napolitanas Ferdinando Russo, a quien le hizo una apuesta: le dijo que él también escribiría una canción napolitana. Entonces, un día del año 1892, sentado en una mesa del histórico Caffè Gambrinus (ver foto), escribió “‘A vucchella”. Luego, en 1904 Francesco Paolo Tosti compuso la música y la canción se convirtió en un éxito internacional. Fue muy apreciada por los cantantes líricos, sobre todo por Enrico Caruso, quien la grabó en 1919.


Si' comm'a nu sciurillo,
tu tiene na vucchella,
nu poco pucurillo,
appassuliatella.

Méh, dammillo, dammillo,
è comm'a na rusella.
Dammillo nu vasillo,
dammillo, Cannetella.

Dammillo e pigliatillo
nu vaso piccerillo
comm'a chesta vucchella
che pare na rusella
nu poco pucurillo
appassuliatella...
Eres como una florcita
tienes una boquita
un poco, un poquito,
mustia.

Dale, dámelo, dámelo,
es como una rosita.
Dame un besito
dámelo, Cándida.

Dámelo y tómalo
un beso pequeñito
como esta boquita
que parece una rosita.
un poco, un poquito
mustia...


Paula Frondizi: voz
Esteban Falabella: guitarra
Luan Rodríguez: laúd árabe
Marcelo Rodríguez: mandolina
Rubén Housepyan: violín
Víctor Reanudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello


Canción siguiente

PASSIONE
(Pasión)
Bovio/Tagliaferri/Valente, 1934





Con Esteban Falabella, excelente guitarrista del Quinteto Real, hemos hecho una versión intimista de esta hermosísima canción que tiene un romanticismo y una profundidad muy especiales.



Cchiù luntana me staje,
cchiù vicina te sento...
Chisá a chistu mumento
tu a che pienze ...che faje...
Tu mm'hê miso int''e vvéne
nu veleno ch'è ddoce.
Nun me pesa 'sta croce
ca trascino pe' te!...
Te voglio...te penzo...te chiammo...
te veco...te sento...te sonno...
E' n'anno
- ce pienze ch'è n'anno -
ca st'uocchie nun ponno
cchiù pace truvà...

E cammino, cammino,
ma nun saccio addó' vaco...
I' stó' sempe 'mbriaco
e nun bevo maje vino...
Aggio fatto nu vuto
'a Madonna d''a neve:
si mme passa 'sta freve,
oro e perle lle dó'...
Cuanto más lejos estás,
más cerca mio te siento...
Quién sabe en este momento
en quién estás pensando... qué haces...
Me pusiste en las venas
un veneno que es dulce.
¡No me pesa esta cruz
que arrastro por ti!...
Te quiero... pienso en ti... te llamo...
te veo... te siento... sueño contigo...
Hace un año
- piensa que hace un año -
que mis ojos ya no pueden encontrar paz...

Y camino, camino...
pero no sé a dónde voy...
Siempre estoy "borracho"
pero nunca bebo vino...
He hecho un voto
a la Virgen de la Nieve:
si esta fiebre se me pasa,
le regalo oro y perlas...
Te quiero...


Paula Frondizi: voz
Esteban Falabella: guitarra


Canción anterior    Canción siguiente

SCETATE
(Despiértate)
F. Russo/Costa, 1887


Ferdinando Russo, poeta de “Scetate”



Esta bellísima serenata siempre me impactó por su melodía tan cercana a las melodías árabes y medio-orientales. Nápoles siempre ha sido un cruce de culturas y su música también ha recibido influencias de las otras orillas del mar Mediterráneo. Por eso, en nuestro arreglo hemos incluido instrumentos de percusión árabe y medio-oriental que ejecuta nuestro amigo el gran percusionista Luciano Bertoluzzi, así como el laúd árabe de nuestro músico más joven, Luan Rodríguez, y el violín de otro amigo, Rubén Housepyan, quien hace gala de un maravilloso solo final “a la oriental”. ¡Buenos Aires cuenta con grandes músicos dedicados a una gran diversidad de culturas musicales!



Si duorme o si nun duorme bella mia,
siente pe' nu mumento chesta voce.
Chi te vò' bene assaje sta 'mmiez'â via
pe' te cantà na canzuncella doce.

Ma staje durmenno, nun te si' scetata,
sti ffenestelle nun se vonno aprì,
è nu ricamo 'sta mandulinata,
scétate bella mia, nun cchiù durmì.

'Ncielo se só' arrucchiate ciento stelle,
tutte pe' stà a sentì chesta canzone.
Aggio 'ntiso 'e parlà li ttre cchiù belle,
dicevano: "Nce tène passione".

E' passione ca nun passa maje,
passa lu munno, essa nun passarrà.
Tu, certo, a chesto nun ce penzarraje,
ma tu nasciste pe' mm'affatturà.
Es una pasión que no pasa más,
pasa el mundo, pero ella no pasará.
Tu, claro, en esto no piensas,
tu naciste para embrujarme.

Si duermes o si no duermes bella mia,
escucha por un momento esta voz.
Quien mucho te quiere está en la calle
para cantarte una dulce canción.

Pero estás durmiendo, no te despertaste,
las ventanitas no quieren abrirse,
son como un bordado estas mandolinas
despiértate bella mia, no duermas más.

En el cielo se reunieron cien estrellas,
todas para escuchar esta canción.
Escuché a las tres más bellas,
que decían: "Tiene mucha pasión".


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: mandolina
Rubén Housepyan: violín
Víctor Renaudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello
Luan Rodríguez: guitarra, laúd árabe
Fabricio Pereira: contrabajo
Luciano Bertoluzzi: bendir, tombak, riqq


Canción anterior    Canción siguiente

REGINELLA
Bovio/Lama, 1917





Reginella era una “sciantosa” palabra napolitana proveniente del francés “chanteuse”, cantante. Estas cantantes actuaban en los café-chantant que en esa época existían en París y que en Italia surgieron por primera vez en Nápoles. Fue justamente pensando en ellas que en 1917 el gran poeta Libero Bovio escribió la letra de esta canción dulcemente melancólica en tiempo de vals. Acá el amor ya es cosa del pasado y aquella muchacha llamada Reginella ha cambiado completamente su vida: se ha convertido en una “sciantosa” y frecuenta ambientes refinados, viste vestidos con grandes escotes y sombreros con cintas y habla francés.
Nuestra versión comienza con un hermoso solo de violoncello de Eugenia Turovetzky.



Te si' fatta 'na vesta scullata,
nu cappiello cu 'e nastre e cu 'e rrose...
stive 'mmiez'a tre o quatto sciantose
e parlave francese...è accussí?
Fuje ll'autriere ca t'aggio 'ncuntrata,
fuje ll'autriere a Tuleto, 'gnorsí...

T'aggio vuluto bene a te!
Tu mm'hê vuluto bene a me!
Mo nun ce amammo cchiù,
ma ê vvote tu,
distrattamente, pienze a me!...

Reginè', quanno stive cu mico,
nun magnave ca pane e cerase...
Nuje campávamo 'e vase, e che vase!
Tu cantave e chiagnive pe' me!
E 'o cardillo cantava cu tico:
"Reginella 'o vò' bene a stu rre!"

T'aggio vuluto bene a te!
distrattamente, parl''e me!...

Oje cardillo, a chi aspiette stasera?
Nun 'o vvide? aggio aperta 'a cajóla!
Reginella è vulata? e tu vola!
vola e canta... nun chiagnere ccá.
T'hê 'a truvá 'na padrona sincera
ch'è cchiù degna 'e sentirte 'e cantá...

T'aggio vuluto bene a te!
distrattamente, chiamm''a me!...
Te hiciste un vestido escotado,
un sombrero con cintas y rosas...
estabas entre tres o cuatro “sciantosas”
y hablabas francés ...¿no es así?
Fue anteayer que te encontré,
fue anteayer en la calle Toledo, sí señor...

¡Te he querido!
¡Tu me has querido!
Ahora no nos amamos más,
pero a veces tu,
¡distraídamente, piensas en mi!...

Reginella, cuando estabas conmigo,
no comías otra cosa que pan y cerezas...
Nosotros vivíamos a los besos, ¡y qué besos!
¡Tu cantabas y llorabas por mi!
Y el jilguerito cantaba contigo:
"Reginella lo quiere a este rey!"

Te he querido!
¡distraídamente hablas de mi!...

Jilguerito ¿a quién esperas esta noche?
¿No ves que abrí la jaula?
¡Reginella voló! ¡Y tu vuela!
Vuela y canta... no llores acá.
Debes encontrar una dueña sincera
que sea más digna de escucharte cantar...

Te he querido!
¡distraídamente me llamas!...


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano
Rubén Housepyan: violín
Víctor Renaudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello


Canción anterior    Canción siguiente

FENESTA VASCIA
(Ventana baja)
Anónimo, siglo XVI





Es la historia del amor desesperanzado de un joven por una muchacha que vive detrás de la ventana baja. La canción original no ha llegado hasta nosotros. Contamos con la transcripción de Guglielmo Cottrau, autor y editor, considerado el padre de la Canción Napolitana moderna porque fue el primero que a partir de 1820 hizo la transcripción musical de las canciones de los siglos anteriores.
En su origen fue una “calascionata”, una serenata acompañada por el “calascione” un instrumento parecido al laúd pero con un mango muy largo que cayó en desuso en el siglo XVIII. En nuestro arreglo, a falta de calascione, invitamos a Luan Rodríguez a que nos acompañe con su laúd árabe.
El gran músico Franz Liszt, escribió variaciones sobre la melodía de esta canción a la que pudo escuchar en Nápoles durante un viaje que realizó por Italia, y a la que llamó “Tarantella” en su composición “Años de Peregrinación” (1856).



Fenesta vascia 'e padrona crudele,
quanta suspire mm'haje fatto jettare!...
Mm'arde stu core, comm'a na cannela,
bella, quanno te sento annommenare!
Oje piglia la 'sperienza de la neve!
La neve è fredda e se fa maniare...
e tu comme si' tanta aspra e crudele?!
Muorto mme vide e nun mme vuó' ajutare!?...

Vorría addeventare no picciuotto,
co na langella a ghire vennenn'acqua,
Pe' mme ne jí da’ chisti palazzuotte:
Belli ffemmene meje, ah! Chi vó' acqua...

Se vota na nennella da llá 'ncoppa:
Chi è 'sto ninno ca va vennenn'acqua?

E io responno, co parole accorte:
Só' lacreme d'ammore e non è acqua!...
Ventana baja de una dueña cruel,
¡Cómo me has hecho suspirar!.....
Mi corazón arde come una vela,
bella, ¡si escucho tu nombre pronunciar!
Vamos ¡toma el ejemplo de la nieve!
La nieve es fría pero se deja acariciar….
¡Pero tu eres tan áspera y cruel!
¡Ves que me estoy muriendo y no me quieres ayudar!....

Quisiera ser un muchacho apuesto,
Que con una jarra va vendiendo agua,
Para poder gritar por estos edificios
“¡bellas mujeres mias, ah! ¿Quién quiere agua…..?”
Se asoma una muchacha desde lo alto:
“¿Quién es este muchacho apuesto que vende agua?”

Y yo le respondo con palabras medidas:
“Son lágrimas de amor, no es agua...!"


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: mandolina
Luan Rodríguez: laúd árabe
Esteban Falabella: guitarra


Canción anterior    Canción siguiente

ERA DE MAGGIO
(Era el mes de mayo)
Di Giacomo/M. Costa, 1885


Salvatore Di Giacomo, el poeta de “Era de Maggio”



En mi opinión, es una de las canciones napolitanas más bellas. En su primera parte describe como una acuarela el adiós de dos enamorados, y, en la segunda, su reencuentro. El encuentro se produce en el mes de mayo en un “ciardino”, vale decir, un jardín con varias especies de cítricos, cerezos y otros frutales, flores, hierbas medicinales, pérgolas y fuentes. Antaño, los “ciardini” eran muy numerosos, constituían verdaderos pulmones verdes en una ciudad con calles poco arboladas.
Acá me acompaña el maestro Marcelo Rodríguez con un piano bello y delicado y las igualmente bellas cuerdas de Rubén Housepyan, Víctor Renaudeau y Eugenia Turovetzky.


Era de maggio e te cadéano 'nzino,
a schiocche a schiocche, li ccerase rosse.
Fresca era ll'aria e tutto lu ciardino
addurava de rose a ciento passe.

Era de maggio, io no, nun mme ne scordo,
na canzone cantávamo a doje voce.
Cchiù tiempo passa e cchiù mme n'allicordo,
fresca era ll'aria e la canzona doce.

E diceva: "Core, core,
core mio, luntano vaje,
tu mme lasse, io conto ll'ore.
Chisà quanno turnarraje".

Rispunnev'io: "Turnarraggio
quanno tornano li rrose.
Si stu sciore torna a maggio,
pure a maggio io stóngo ccá.

Si stu sciore torna a maggio,
pure a maggio io stóngo ccá".

E só' turnato e mo, comm'a na vota,
cantammo 'nzieme lu mutivo antico.
Passa lu tiempo e lu munno s'avota,
ma 'ammore vero no, nun vota vico.

De te, bellezza mia, mme 'nnammuraje,
si t'allicuorde, 'nnanz'a la funtana.
Ll'acqua, llá dinto, nun se sécca maje
e ferita d'ammore nun se sana.

E te dico: "Core, core,
core mio, turnato io só'.
Torna maggio e torna 'ammore.
Fa' de me chello che vuó'.

Torna maggio e torna 'ammore.
Fa' de me chello che vuó'".
Era el mes de mayo y sobre tu falda caían,
a racimos, a racimos, cerezas rojas.
El aire era fresco y todo el jardín
olía a rosas desde cien pasos a la redonda.

Era el mes de mayo, y no, yo no me lo olvido,
cantábamos una canción a dos voces.
Más tiempo pasa y más lo recuerdo,
el aire era fresco y la canción era dulce

Y decía: "Corazón, corazón,
corazón mio, lejos te vas,
tu me dejas y yo cuento las horas
quién sabe cuándo regresarás”.

Yo respondía: "Volveré
cuando vuelven las rosas.
Si esta flor vuelve en mayo,
yo también en mayo estaré aquí.

Si esta flor vuelve en mayo,
yo también en mayo estaré aquí”.

Y he vuelto y ahora como antes,
cantamos juntos la canción antigua.
Pasa el tiempo y el mundo cambia,
pero el verdadero amor no cambia su camino.

De ti, belleza mia, me enamoré
si lo recuerdas, frente a la fuente.
El agua, allí adentro, no se seca nunca,
y la herida de amor nunca se cura.

Y te digo: "Corazón, corazón,
corazón mio, he vuelto.
Vuelve mayo y vuelve el amor.
Haz de mi lo que quieras.

Vuelve mayo y vuelve el amor.
Haz de mi lo que quieras.


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano
Rubén Housepyan: violín
Víctor Renaudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello


Canción anterior    Canción siguiente

MUNASTERIO ‘E SANTA CHIARA
(Monasterio de Santa Clara)
Galdieri/Barberis, 1945





El monasterio de Santa Chiara (ver foto) es uno de los edificios históricos más importantes de Nápoles. Fue construido a comienzos del siglo XIV por el rey Roberto de Anjou. Durante los bombardeos que sufrió la ciudad en la Segunda Guerra Mundial, el edificio fue destruido en gran parte.
Esta canción fue escrita inmediatamente después de la guerra. El protagonista habla de las ganas que tiene de volver a Nápoles, pero no sabe qué habrá quedado de ella después de los bombardeos. Además del miedo que siente de encontrar sólo destrucción (representada por las ruinas del Monasterio de Santa Chiara), tiene miedo de encontrar a la ciudad cambiada en sus costumbres y tradiciones. Otra canción de una gran delicadeza que hemos interpretado con Esteban Falabella.


Dimane? Ma vurría partí stasera.
Luntano, no, nun ce resisto cchiù.
Dice che c'è rimasto sulo 'o mare,
che è 'o stesso 'e primma, chillu mare blu.

Munasterio 'e Santa Chiara,
tengo 'o core scuro scuro.
Ma pecché, pecché ogne sera,
penzo a Napule comm'era,
penzo a Napule comm'è?

Funtanella 'e Capemonte,
chistu core mme se schianta,
quanno sento 'e dí da 'a gente
ca s'è fatto malamente
stu paese, ma pecché?
No, nun è overo.
No, nun ce créro.
E moro cu 'sta smania 'e turnà a Napule.
Ma ch'aggi' 'a fà?
Mme fa paura 'e ce turnà.

Paura? Sí, si fosse tutto overo?
Si 'a gente avesse ditto 'a verità?
Tutt' 'a ricchezza 'e Napule era 'o core.
Dice ch'ha perzo pure chillu llà.

Munasterio 'e Santa Chiara.
'Nchiuse dint'a quatto mura,
quanta femmene sincere,
si perdévano ll'ammore,
se spusavano a Gesù.

Funtanella 'e Capemonte,
mo, si pèrdono n'amante,
giá ne tènono ati ciento.
Ca, na femmena 'nnucente,
dice 'a gente, nun c'è cchiù.
No, nun è overo.
No, nun ce crero.
E moro pe' 'sta smania 'e turnà a Napule.
Ma ch'aggi' 'a fà.
Mme fa paura 'e ce turnà.
¿Mañana? Pero quisiera partir esta noche.
Lejos, no, ya no aguanto más.
Dicen que solo ha quedado el mar,
que es el mismo de antes, ese mar azul

Monasterio de Santa Chiara
tengo el corazón 0scuro 0scuro.
¿pero por qué, por qué cada noche
pienso en Nápoles com0 era,
penso en Nápoles como es?

Fuentecita de Capodimonte,
este corazón se estremece,
cuando le escucho decir a la gente
que se ha obrado mal
en este país, pero ¿por qué?
No, no es cierto
no, no lo creo
y muero por estas ganas de volver a Nápoles
¿pero qué puedo hacer?
Me da miedo volver.

¿Miedo? Sí, ¿si todo fuera cierto?
¿Si la gente hubiera dicho la verdad?
Toda la riqueza de Nápoles era su corazón.
Dicen que también lo ha perdido.

Monasterio de Santa Clara.
Encerradas entre cuatro paredes,
cuántas mujeres sinceras,
si perdían el amor,
se casaban con Jesús.

Fuentecita de Capodimonte
ahora, si pierden un amante,
enseguida consiguen otros cien.
Porque una mujer inocente,
dice la gente, no existe más.
No, no es cierto.
no, no lo creo
y muero por estas ganas de volver a Nápoles
pero ¿qué puedo hacer?
Me da miedo volver


Paula Frondizi: voz
Esteban Falabella: guitarra


Canción anterior    Canción siguiente

VESUVIO
(E Zezi, 2000)





Una canción dedicada al gran volcán Vesubio (ver foto), eterno compañero de vida de los napolitanos, en quienes suscita sentimientos de amor y de temor porque como dice la canción “tiene en sus manos la vida”. El volcán aún está activo y unos 3 millones de personas viven en sus cercanías.
La intro con tammorras (panderetas napolitanas) está a cargo de Cecilia Arenillas, profesora de danza y percusión del sur de Italia y directora de “´A Figliola”, grupo de danza y música del sur de Italia del que yo también soy integrante. Hacia el final del tema, a falta de “ciaramella”, típica flauta de la región, contamos con la chirimía que interpreta Cecilia Candia. ¡Gracias chicas!


Si' monte sì, ma monte
e na iastemma
si' a morte sì, ma a morte
ca po' tremma
Muntagna fatta e lava
e ciente vie
tu tiene mmano a te
sta vita mia
So’ pizzi e case
O so' pizzi e galera?
arò stai chiuso
Da matina a sera?
Si' o purgatorio e tutte
chesta gente
ca vive int'e baracche
e vive e stiente
Si fumme o si nun fumme
faie rummore
è o ffuoco ca te puorte
rint'o core
Quanno fa notte
e o cielo se fa scuro
sulo o ricordo e te
ce fa paura
Chi campa 'nzieme a te
te pare niente
si esce pazzo
è pazzo overamente
L'unica verità
pe tutte quante
sarria chella e fuì...
ma po' arò iammo
primma ca cocche ghiuorne,
doppo tante
stu ffuoco e lava
ce porta a tuttu quante
mmiez'a via!
Eres una montaña, pero una montaña
de blasfemias
eres la muerte, pero la muerte
que luego tiembla
Montaña de lava
y de cien calles
tu tienes en tus manos
esta vida mia
¿Son casas
o son cárceles
donde estás encerrado
de la mañana a la noche?
eres el purgatorio de toda
esta gente
que vive en casuchas
y vive con tantas dificultades
Eches o no eches humo
haces ruido siempre
es el fuego que llevas
dentro de tu corazón
Cuando anochece
y el cielo se pone oscuro
pensar en ti
nos da miedo
¿Te parece poco
que quien vive contigo
enloquezca?
en realidad está loco
La única verdad
para todos
sería huir
pero después ¿a dónde vamos?
antes de que se haga de día
después de todo
este río de lava
nos arrastra a todos
y nos deja en la calle


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: guitarra, voz
Luan Rodríguez: guitarra
Cecilia Arenillas: tammorra, castagnette
Cecilia Candia: chirimía
Fabricio Pereira: contrabajo
Edi Vallarino: batería


Canción anterior    Canción siguiente

MARIA MARÌ
(V. Russo/Di Capua, 1899)





¡Un hermosísimo vals mundialmente famoso!


Arápete fenesta.
Famme affacciá a Maria,
ca stóngo 'mmiez'â via
speruto d' 'a vedé.

Nun trovo n'ora 'e pace.
'A notte 'a faccio juorno,
sempe pe' stá ccá attuorno,
speranno 'e ce parlá.

Oje Marí', oje Marí',
quanta suonno ca perdo pe'tté.
Famme addurmí
abbracciato nu poco cu'tté.
Oje Marí', oje Marí'.
Quanta suonno ca perdo pe'tté.
Famme addurmí,
oje Marí', oje Marí'.

'Mmiez'a stu ciardeniello,
ce ride 'a malvarosa.
Nu lietto 'e fronne 'e rosa
aggio fatto pe' te.

Viene che 'a notte è doce,
'o cielo ch'è nu manto.
Tu duorme e io te canto
'a nonna a fianco a te.

Oje Marí', oje Marí',
Ábrete ventana.
Deja que se asome Maria,
que estoy en la calle
deseoso de verla.

No encuentro ni una hora de paz.
La noche se hace día,
siempre para estar por aquí,
esperando poder hablarle.

Oh Maria, oh Maria,
cuánto sueño que pierdo por ti.
Haz que me duerma
abrazado un poco contigo.
Oh Maria, oh Maria.
cuánto sueño que pierdo por ti
Haz que me duerma
Oh Maria, oh Maria.

En este jardincito,
sonríe la malvarrosa.
Un lecho de hojas de rosa
he hecho para ti.

Ven que la noche es dulce,
el cielo es un manto.
Tu duermes y yo canto
la abuela está a tu lado.


Oh Maria, oh Maria,


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano y mandolina
Rubén Housepyan: violín
Víctor Renaudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello
Fabricio Pereira: contrabajo


Canción anterior    Canción siguiente

MALAFEMMENA
(Totò, 1951)





El gran actor napolitano Totò (Antonio De Curtis) también fue poeta y escritor de canciones. No sabía escribir música pero contaba con la ayuda de un amigo que transcribía al pentagrama las melodías que él le cantaba. Un día le dijo a su amigo: “compuse una canción napolitana dramática en tiempo de habanera”. Había nacido “Malafemmena” que el actor compuso (letra y música) en el año 1951 dolido por la separación de su primera esposa Diana Rogliani.
La percusión “habanerística” está a cargo de nuestro amigo Edi Vallarino, y ya que la habanera tiene cierta cercanía con el tango, se me ocurrió incluir en nuestro arreglo el bandoneón de Rubén Slonimsky… ¡quedó una Malafemmena bien porteña!


Si avisse fatto a n'ato
chello ch'hê fatto a me,
st'ommo t'avesse acciso
e vuó' sapé pecché?
Pecché 'ncopp'a 'sta terra,
femmene comm'a te,
nun ce hann' 'a stá pe' n'ommo
onesto comm'a me.

Femmena,
tu si' na malafemmena,
a st'uocchie hê fatto chiagnere,
lacreme 'e 'nfamitá.

Femmena,
si' doce comm' 'o zzuccaro,
peró 'sta faccia d'angelo,
te serve pe' 'nganná.

Femmena,
tu si' 'a cchiù bella femmena,
te voglio bene e t'odio,
nun te pòzzo scurdá.

Te voglio ancora bene,
ma tu nun saje pecché.
Pecché ll'unico ammore
si' stato tu pe' me.
E tu, pe' nu capriccio,
tutto hê distrutto oje né'.
Ma Dio nun t' 'o pperdona
chello ch'hê fatto a me.
Si le hubieras hecho a otro
lo que me hiciste a mi,
ese hombre te hubiera matado
¿quieres saber por qué?
Porque en este mundo,
mujeres como tu,
no tienen que existir para un hombre
honesto como yo.

Si le hubieras hecho a otro
lo que me hiciste a mi,
ese hombre te hubiera matado
¿quieres saber por qué?
Porque en este mundo,
mujeres como tu,
no tienen que existir para un hombre
honesto como yo.

Mujer,
tu eres una mala mujer,
a estos ojos has hecho llorar
lágrimas de infamia.

Mujer,
eres peor que una víbora,
me intoxicaste el alma,
no puedo vivir más.

Mujer,
eres dulce como el azúcar,
pero este rostro de ángel,
te sirve para engañar.

Mujer,
tu eres la mujer más bella,
te quiero y te odio:
no te puedo olvidar.

Todavía te quiero
pero no sabes por qué.
Porque el único amor
has sido tu para mi.
Y tu, por un capricho,
todo has destruído, oh nena.
Pero Dios no te perdona
lo que me has hecho a mi.


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano
Rubén Slonimsky: bandoneón
Rubén Housepyan: violín
Víctor Renaudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello
Fabricio Pereira: contrabajo
Edi Vallarino: maracas, bongó y clave


Canción anterior    Canción siguiente

I’ TE VURRÍA VASÀ
(Yo quisiera besarte)
V. Russo/Di Capua, 1900





Las palabras de la canción, llenas de delicadeza, hablan de un momento de intimidad entre los enamorados. Poco antes de que salga el sol, se encuentran -al igual que sucede en la canción “Era de maggio”- en un “ciardino” que huele a malvarrosa. Hay un poco de viento y el poeta observa a su mujer adormecida. No sabe si despertarla con un beso. Él está solo con sus pensamientos y se pregunta si ella estará soñando con él. Siente celos y amor al mismo tiempo y no puede dormirse.


Ah! Che bell'aria fresca,
ch'addore 'e malvarosa.
E tu durmenno staje,
'ncopp'a sti ffronne 'e rosa.

'O sole, a poco a poco,
pe' stu ciardino sponta,
'o viento passa e vasa
stu ricciulillo 'nfronte.

I' te vurría vasá.
I' te vurría vasá,
ma 'o core nun mm' 'o ddice
'e te scetá,
'e te scetá.
I' mme vurría addurmí.
I' mme vurría addurmí,
vicino ô sciato tuojo,
n'ora pur'i',
n'ora pur'i'.

Sento stu core tuojo
ca sbatte comm'a ll'onne.
Durmenno, angelo mio,
chisà tu a chi te suonne.

I' te vurría vasá.
Ah! Que hermoso aire fresco,
qué perfume a malvarrosas.
Y tu estás durmiendo
sobre estas hojas de rosa.

El sol, poco a poco,
asoma en este jardín,
el viento pasa y besa
este ricito sobre tu frente.

Yo quisiera besarte.
Yo quisiera besarte
pero el corazón no me dice
que te despierte,
que te despierte.
Yo me quisiera quedar dormido
Yo también me quisiera quedar dormido
junto a tu respiración,
por una hora,
por una hora

Siento tu corazón
que late como las olas.
Durmiendo, mi ángel,
¿quién sabe con quién estás soñando?

Los celos atormentan
este mi corazón enfermo.
¿Sueñas conmigo? Dímelo.
¿o sueñas con otro?

Yo quisiera besarte...


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano
Rubén Housepyan: violín
Víctor Renaudeau: viola
Eugenia Turovetzky: violoncello


Canción anterior    Canción siguiente

SANTA LUCIA LUNTANA
(Santa Lucía lejana)
E.A. Mario, 1919





Esta canción se inspira en el fenómeno de la emigración masiva que sufrió Italia entre fines del siglo XIX y comienzos del XX. Pensemos que en esos años llegaron a la Argentina unos 2.5 millones de italianos.
Santa Lucia es un antiquísimo barrio de la ciudad de Nápoles sobre la costanera (ver foto), último punto que los emigrantes lograban divisar al alejarse en los barcos que partiendo del puerto de esa ciudad, se dirigían a América.
Acá con el bellísimo acompañamiento de piano y mandolinas del maestro Marcelo Rodríguez.


Partono 'e bastimente
pe' terre assaje luntane.
Cántano a buordo,
só' Napulitane.
Cantano pe' tramente
'o golfo già scumpare,
e 'a luna, 'a miez'ô mare,
nu poco 'e Napule
lle fa vedé.

Santa Lucia,
luntano 'a te,
quanta malincunia.
Se gira 'o munno sano,
se va a cercà furtuna,
ma, quanno sponta 'a luna,
luntano 'a Napule
nun se pò stà.

Santa Lucia, tu tiene
sulo nu poco 'e mare,
ma, cchiù luntana staje,
cchiù bella pare.
E' 'o canto d' 'e Ssirene
ca tesse ancora 'e rrezze.
Core nun vò' ricchezze,
si è nato a Napule,
ce vò' murì.

Santa Lucia.
Parten los barcos
hacia tierras muy lejanas,
cantan a bordo,
son napolitanos.
Cantan para pasar el tiempo
el golfo ya desaparece
y la luna en el mar,
un poco de Nápoles
les dejar entrever.

Santa Lucia,
lejos de ti,
cuanta melancolía.
Se viaja por el mundo entero,
se va en busca de fortuna,
pero cuando sale la luna,
lejos de Nápoles
no se puede estar.

Santa Lucia, tu tienes
solo un poco de mar,
pero cuanto más lejana estás,
más bella pareces.
Es el canto de las Sirenas
que todavía teje las redes.
El corazón no quiere riquezas,

si ha nacido en Nápoles allí quiere morir.

Santa Lucia.


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano y mandolina


Canción anterior    Canción siguiente

NUN ME SCETÀ
(No me despiertes)
E. Murolo/Tagliaferri, 1930





Es la canción napolitana que descubrí más recientemente. Emociona profundamente por su gran nostalgia. En nuestro arreglo, hemos invitado al maestro Leo Viola para que evoque con su magistral violoncello todo el romanticismo de esta melodía marina. Como final de la canción y final del disco… el sonido del agua que produce un bote a remo… como dice la canción…voca ohé! rema!


Quanta varche 'e marenareca se vedono stasera,
cu na luce sott' 'a prora
pare ca 'e stelle só' cadute a mare.

Tutt' 'e ccanzone 'e Napule
stanotte, 'o core mio, vurrìa cantà.
Ma addó' ce stanno lácreme,
addio felicità.

Cántame, oje marenà', tutt' 'e ccanzone,
n'ora famme durmì sott'a 'sta luna.
Famme sunnà che ancòra mme vò' bene.

Famme 'nzuonno murì,
nun mme scetà.

Comm' 'o paggio cantatore
ch' 'a riggina, pe' na sera,
l'addurmette anema e core
e po' ll'abbandunaje, scetáto, a mare,

tu pure, 'mmiez'ê nnuvole,
stu core mm' 'addurmiste 'mbracci'a te.
E a mare, chino 'e làcreme,
stanotte 'o faje cadé.

Cántame, oje marenà, tutt' 'e ccanzone,

Comm' 'a femmena è 'o mare,
Comm' 'o mare è ll'ammore.
Voca ohé!

Cuántos barcos de marineros que se ven
esta noche,
con una luz debajo de la proa
pareciera que las estrellas se hubieran caído al mar.

Todas las canciones de Nápoles
esta noche, mi corazón quisiera cantar.
Pero donde hay lágrimas,
adiós felicidad.

Cántame, oh marinero, todas las canciones,
hazme dormir una hora bajo esta luna.
Hazme soñar que todavía me quiere.

Haz que en el sueño yo muera,
no me despiertes.

Como el paje cantante
al que la reina, por una noche,
durmió con alma y corazón
y después abandonó, despierto en el mar,

Tu también, entre las nubes,
este corazón me adormeciste entre tus brazos.
Y en el mar, lleno de lágrimas,
esta noche lo dejas caer.

Cántame, oh marinero...,
Como la mujer es el mar,
Como el mar es el amor.
¡Rema!


Paula Frondizi: voz
Marcelo Rodríguez: piano
Leo Viola: violoncello


Canción anterior